Nacimos sin Miedo: tercer disco de Ranferí Aguilar

La primera vez que llegué a Chajul en 2005 pensé que encontraría tristeza, rencor y apatía en un pueblo tan golpeado por una guerra interna que duró 36 años, tan lejano y tan aislado del mundo moderno.
Un grupo de artistas guatemaltecos fuimos invitados por un grupo de ciudadanos noruegos a dar talleres a niños pre escolares, que no tenían los recursos para ir a la escuela.
Cuando les pedí a los niños que cantaran conmigo, no cantaron, más bien gritaron de la emoción de que alguien pusiera sus ojos y sus oídos en ellos. Tenían hambre, pero más que de su desayuno de todos los días, tenían hambre de atención, de comunicarse, de cantar, de pintar, de jugar con el arte.
Yo no hablo el idioma ixil, ellos no hablan español, pero el arte es maravilloso, ya que iniciamos una amistad. Ahora, cuando ellos se dan cuenta que voy llegando, aún a una cuadra de distancia gritan “Anaehhhh”………. allí viene “Anaehhhh”, que es una de las melodías que cantamos juntos.
Por eso cuando la artista noruega Hanne Lunder me propuso el proyecto de hacer un disco con música sobre los niños de Chajul, co patrocinado por la institución que ella dirige, le dije que sí inmediatamente. En mi opinión, si algo te toca el corazón es tu responsabilidad traducirlo y expresarlo por medio de tu arte, cualquiera que éste sea.
Todos los seres humanos, al igual que los niños de Chajul, nacemos sin miedo. El miedo lo aprendemos después. Lo que puede ser un mecanismo de defensa que nos proteja de los peligros, también puede convertirse en nuestro peor enemigo al impedirnos luchar contra la injusticia, pobreza, violencia e ignorancia. Por eso les dedico este material a los niños de Chajul por inspirarme a crear estas piezas. Ojalá puedan conservar ese niño interno por siempre.